RIO ZUMETA
Desde el arroyo del Infierno y Rambla Seca, se extienden los Campos de Hernán Perea, una sucesión de lomas y torcas que conforman un altiplano señero y misterioso, lugar de pastores solitarios, manantial del Sur; tierra fría, áspera y dura que deja hipnotizado a todo aquel que la visita. Los campos se asoman a los valles por sus altas cumbres, Las Banderillas, La Cabrilla, Las Empanadas... balcones, miradores de tierra lejana.
Hacia levante, los Campos se deslizan o se apresuran en barrancos y ramblas (rambla del Borbotón, de la Juan Fría, de los Cuartos) que dan en formar el angosto valle de río frío, que encajonado entre fieras rocas, zigzaguea por entre carrascas y pinos para recibir al arroyo de Zumeta y ya juntos formar el río Zumeta, dividiendo la provincia de Jaén con la de Granada y Albacete, hasta encontrar al Segura en las Juntas.
También se abren los Campos en una extensísima y fértil vega, plagada de cortijos y aldeas: Don Domingo, El Patronato, El Cerezo, Arroyo Venancia, Los Cañuelos, Los Teatinos, Los Atascaderos, La Matea, Las Nogueras y La Ribera. La vega suaviza el paisaje serrano de altas cumbres e impresionantes tajos y le confiere un remanso dorado de tierras de labor y pastoreo.
Santiago de la Espada, antiguo lugar del Hornillo y capital del municipio, villa alzada a 1.350 m. de altitud., domina su extensa vega. Al abrigo del cerro del Arco y de la Lobera, la villa de Santiago vive apacible y tranquila.
A partir de Santiago, la vega se estrecha en la angostura que labra el Zumeta por entre picones altivos de vestigios ancestrales y Cerradas de historias trágicas como el Salto de la Novia.
Se remansa después entre las verticales paredes del Morrión, formando la presa de la Vieja. Fluye desde aquí encañonado de nuevo hacia las Juntas, para encontrarse con el Segura
Son numerosas las aldeas que se asoman a los balcones que forma el río: Tobos, Vites, Prado Moro, El Vadico, La Muela, Marchena y Marchenica. Todas ellas conservan el sabor auténtico del ancestral modo de vida serrano.
Infinitas son las posibilidades del viajero en esta ruta, desde asomarse un día claro desde lo alto de las Banderillas y observar las provincias de Jaén, Ciudad Real y Albacete, hasta abrazar un pino laricio que requiere de cuatro adultos para ser abarcado, practicar el senderismo por sus innumerables caminos, buscar setas o "guízcanos" , pescar en las frías aguas de los ríos Frío y Zumeta, disfrutar de paseos en bici o a caballo, etc...