La aldea de Huelga Utrera está situada entre las localidades de la Toba y
Venta Rampias. Para llegar hay que seguir una pista forestal, de un
Kilómetro que discurre por
inmensos bosques y por
el cauce del río
Segura. Esta población bien merece un tranquilo su simétrico trazado.
La esmerada limpieza y cuidado de sus callejuelas, el agua recogida en
acequias al lado de sus pequeñas casas, las irregulares formas y los
brillantes colores de sus construcciones crean un conjunto
sorprendente entrañable y acogedor.
El camino comienza en la
misma aldea de Huelga
Utrera. En la plaza hay que
tomar una pequeña pista
empinada que sale a la
izquierda. Durante los
primeros 20 minutos el
sendero supone un delicioso
paseo bajo la sombra de
árboles situados a ambos
lados del trazado que, pocos
metros después, se tornan
en huelgas -huertas
silvestres que se superponen
en bancales y que
desempeñaban un
trascendental papel para la
subsistencia de los
habitantes de la zona- con nogales Y avellanos. La
pista se va reduciendo poco
a poco hasta
transformarse en un
sendero, que. discurre entre
el río Segura a la derecha y
grandes riscos a la
izquierda.
Mágica
corriente
En
este punto
resulta
adecuado
detenerse
entre los
pequeños valles para
concentrarse con
los sonidos del entorno y
escuchar, al fondo del
cañón, el discurrir del
ruidoso y caudaloso río. El
espectáculo es
impresionante, y merece la
pena asomarse al abismo para disfrutar de su
impresionante bajada, sobre
todo en los meses más
lluviosos. El
Segura se mueve
aquí entre
diminutas
cascadas,
formando
borbotones de
espuma junto al
zumbido
incansable de una corriente
ensordecedora pero mágica.
El sendero sigue por el
antiguo cauce de un riachuelo
de piedras blancas, que se va
haciendo cada vez más
angosto hasta alcanzar una fuerte pendiente, a la
derecha. Es la zona más dura
del recorrido, pues la subida,
de unos 600 metros, se va
haciendo cada vez más
pronunciada hasta que
percibimos la cima de
la montaña, lugar
desde el que se
disfrutan de unas increíbles vistas del
valle. Es un buen
momento para
tomarse un respiro
después del esfuerzo y
reponer energías. Este
tramo es
extremadamente
dificultoso y tumbarse
en alguno de los prados que
existen en el trayecto es un auténtico placer, que hay
que gozar al máximo.
Charco del
Humo
A
continuación,
hay, un
cortafuegos a la
izquierda que no
debe despistarnos,
pues nuestra ruta
continúa por una
senda entre pinos; que se
estrecha para
continuar al pie
de unas
pronunciadas
rocas. Mirar el
firmamento y
observar la
grandiosidad de las mismas es
todo un espectáculo
reconfortante, y que
podemos aprovechar el agua
que cae entre los riscos para
circunstancias que más nos
sorprende en nuestro periplo
es la profusión de una planta
olorosa, de un
verde intenso,
que crece en
todos los
rincones. El eléboro fétido o carnívoro (Helleboncs
foetidus)
crece en
regiones
templadas de
Europa y de Asia.
Hace siglos, su raíz
se consideró como
uno de los más
preciados
remedios contra la locura.
Poco tiempo después
llegamos a una cueva, buen
refugio en caso de lluvia.
Tras
superarla, hay- una
bifurcación en la que
cualquier dirección que tomemos será buena.
Si nos decidimos por la
senda que asciende a la
izquierda, nos
encontraremos con una
cascada natural, el chorreón del Huerto Sotico. Si
optamos por el sendero de la
derecha, veremos el paraje
donde se unen en un mismo
cauce el río Segura y el arroyo de las Patas, formando el charco del
Humo.
Manantial fastuoso
Los dos caminos nos llevan
irremediablemente a la Cueva del Agua,
un
manantial fastuoso donde el
agua fluye de una forma
mansa entre las rocas. Las vistas del río y del paisaje
son suficiente
argumento
para emprender
el inicio de la
ruta. Si realizamos la
vuelta desde
este paraje,
habremos recorrido 8 kilómetros en
total. Ahora bien, si
optamos por la continuidad
de la excursión, el recorrido sigue
a la derecha de la Cueva en
una pronunciada ascensión
hasta la aldea de Poyotello, que está situada a un
kilómetro y medio.
Por último, un consejo:
conviene tener en cuenta que
no existe ningún sitio donde
aprovisionarse de alimentos,
y que la aldea de Huelga Utrera no dispone tampoco ninguna tienda. por
tanto, es adecuado llevar acopio de víveres para evitar imprevistos
desagradables.